El Rally de Finlandia que hemos vivido durante este fin de semana ha puesto en evidencia las a mi juicio poco afortunadas palabras de todo un bicampeón mundial como Walter Röhrl, cuando en una entrevista a los medios, preguntado por los actuales World Rally Car, contestaba que "son coches normales para amas de casa".
El señor Röhrl me merece todos los respetos como piloto que fué, y lo admiro además por seguir manteniendo un nivel de pilotaje alto teniendo en cuenta que actualmente cuenta con 68 años de edad, pero sus palabras, si es que se produjeron en esos términos, tienen una carga de desprecio a los pilotos actuales del Campeonato del Mundo de Rallyes que no están justificadas.
Está claro que los actuales WRC son coches mucho más seguros, con más electrónica, con mejoras en todos los sentidos en cuanto a cambio, motor, suspensiones, tracción, etc., pero eso no significa que para pilotar uno de estos coches al máximo nivel no haya que tener unas dotes de pilotaje al alcance de muy pocas personas en el mundo.
El Rally de Finlandia 2015 pasará a la historia por ser el más rápido del WRC. Rodar durante cuatro días, veinte tramos -dos de ellos urbanos- y trescientos veinte kilómetros al ritmo que hemos podido ver hasta el último kilómetro, resultando una velocidad media de 125,44 km/h, está al alcance de muy poca gente, y eso quiere decir, a mi juicio, que ni los coches actuales ni sus pilotos son coches normales como parece decir el señor Röhrl, sino todo lo contrario.